TDAH, ¿Estamos exagerando?

Según el Catedrático Marino Pérez, autor de "volviendo a la normalidad", el TDAH no existe, es una patologización de conductas y comportamientos que responden a la suma de numerosos factores. Esta afirmación la basa en el hecho de que no exista ninguna prueba neorofisiológica, ni de neuroimagen, ni biomarcador que diagnostique este trastorno, sino que las pruebas existentes para el diagnóstico consisten en test piscológicos, en los cuales las valoraciones las realizan los padres, frente a preguntas tales como si su hijo se muestra inquieto a menudo, nunca, siempre... 

En la entrevista que le realizan, y que podeis visitar integramente en el Abc.es familia, explica que puede que el cerebro del niño diagnosticado de TDAH sea diferente, pero como lo es entre sí el cerebro de un músico y de alguien que no lo es. Como el cerebro es enormemente plástico, su configuración neuronal depende en gran medida de las experiencias vividas y aprendizajes adquiridos. 



Podemos preguntarnos si estos niños con TDAH no son más que niños inquietos, impulsivos y movidos, a los que quizás haya que enseñarles a mantener de manera más continua la atención, a controlar sus emociones, a desarrollar habilidades sociales, a relajarse...y a sus familias a apoyar en el proceso de aprendizaje del autocontrol, a mejorar la autoestima mediante métodos de disciplina positiva, a mejorar sus habilidades sociales, en vez de promover, como está sucediendo, la administración de medicamentos que lo que consiguen es dopar al niño, sin tener claro aún los efectos secundarios que este tipo de medicaciones continuadas pueden tener en la salud. ¿No será que se está encubriendo el fracaso del sistema educativo para prevenir y tratar a estos niños eximiendo nuestras responsabilidades y culpabilizando al niño? ¿Tendrán algún tipo de interés algunas farmacéuticas que venden las medicaciones para el TDAH?


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