¿HAY VIDA DESPUÉS DE INTERNET?

Si, claro que la hay, diríamos cualquiera de nosotros. Efectivamente, mucha gente vive sin internet (aunque cada vez menos en nuestra sociedad). También se podría vivir sin televisión, sin radio, sin periódicos, sin música... Sin embargo, sería un inconveniente, ¿verdad?

 

Inconveniente ha sido para mí estos diez días sin Internet. Me sentía como atrapada en una habitación de la que no podía salir, como si parte de mi vida fuera navegar a otros lugares lejanos, y me lo hubieran prohibido . Dejando de lado las razones por las cuáles no tenía internet,  fueron involuntarias, y como tales,  suponían una cadena que me ataba a una realidad muy parcelada, porque gracias a Internet nuestra realidad es mucho más amplia, abarca muchas plazas públicas (Facebook, twitter, google +), muchos viajes a través de blogs, de búsquedas, muchos aprendizajes y conocimiento....

 

 

Mis hijas, que son pequeñas, también me increpaban el hecho de que no pudieran elegir su programa de televisión favorito o ver sus dibujos preferidos!!!. Incluso la mayor hizo gala de su ingenio para denunciar que nunca podría avanzar con los deberes si no tenía internet...

 

Y me pregunto: ¿Si Internet está tan presente en nuestra cotidianeidad, si ya echamos de menos la comunicación a través de sus múltiples foros, si ya los niños lo necesitan para estudiar...cómo es que está tan poco presente en las aulas?

 

¿No deberían todos los profesores contar con un perfil público profesional en las redes sociales, donde los alumnos pudieran consultar dudas, hacer comentarios, etc? ¿No debería cada asignatura tener una plataforma con recursos interactivos para que los alumnos pudieran aprender desde sus casas? Voy más allá, me parece que si todos los alumnos contarán con Internet en el aula, podríamos estar educando ya no sólo en la adquisición de conocimientos, sino también en el buen uso de esta herramienta, con la que van a convivir al salir del colegio, y que es la gran herramienta de conocimiento del siglo XXI.