AFRONTAR EL PRIMER DÍA DE COLEGIO

Para muchos de nosotros afrontar el primer día de colegio de uno de nuestros pequeñ@s supone un mal trago considerable. Nos imaginamos al niñ@ solo en mitad de la clase (o en un rincón, casi peor), llorando desconsoladamente porque su papá o mamá le ha abandonado.... 

Bueno, tenemos dos opciones, o recurrir de forma casi masoquista a esa imagen mental o dirigir nuestros pensamientos hacia lo positivo de esta nueva experiencia. Sólo de esta manera transmitiremos nuestro entusiasmo y la tranquilidad al niño para afrontar la nueva experiencia.

Podemos hacer algunas pequeños ejercicios para facilitar que el niño afronte la nueva situación de la mejor manera:

- Hablándole de colegio de forma positiva y resaltando las experiencias que vivirá y las relaciones que entablará.

- Señalándole que aunque Papá o Mamá (o el adulto encargado del pequeño) no esté, siempre podrá apoyarse en el maestro/a, contándole lo que le pasa y hablando de sus sentimientos.

- Enseñándole los hábitos higiénicos necesarios para una mayor autonomía. Que el niño/a sepa identificar el momento de ir al baño, pueda coger él solo una taza y llenarla de agua,  o decirle a la maestra/o que tiene sed, le aportará mucha confianza y favorecerá la adaptación al colegio.

- Hablando abiertamente de los miedos o ansiedades que le provoca el primer día de colegio. Según Daniel J. Siegel y Tina Payne  en su libro "El cerebro del niño",  los miedos y ansiedades se afrontan mucho mejor si se habla abiertamente de ellos, ya que en muchas ocasiones no son conscientes , están ahí, pero no pasan a la parte consciente hasta que se exteriorizan y verbalizan. El niño puede y debe repetir cuantas veces necesite su miedo y nosotros podemos escucharle y reflexionar con él. Uno de los ejercicios puede ser la narración. Mediante la narración de una posible situación que le cause miedo podemos ofrecer soluciones y dar herramientas de control de las emociones. La narración puede ser en forma de cuento que le suceda a su personaje favorito o al propio niño/a. 

Éstas son algunas ideas que pueden ayudar, aunque es muy probable que no nos libre de pasar por el mal rato de ver la carita de nuestro peque haciendo pucheros mientras nos alejamos de la puerta del colegio. Que la suerte os acompañe!



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