ORIENTACIONES FRENTE A LOS CELOS ENTRE HERMANOS

La llegada de un nuevo miembro de la familia siempre requiere cambios en el seno de la misma, cambios que para los hermanos mayores suponen tener que compartir la atención y el tiempo con los padres. Como sistema que es, la familia tiene que reajustarse al haberse producido un desequilibrio debido a un cambio. Muchas veces los niños se resisten a ese reajuste  y entonces se producen conductas encaminadas en la mayoría de ocasiones a captar la atención de los padres para reivindicar su situación inicial.


Algunas de las pautas que paso a describir son muy genéricas y siempre es importante conocer a tu hijo para adaptar nuestro comportamiento a sus necesidades.




- Establecer un equilibrio en el trato a los diferentes hermanos de forma que no haya un trato de preferencia hacia ninguno de ellos ni se establezcan comparaciones. 
-Siempre es más eficaz alabar los aspectos positivos que recriminarle los negativos. 


-Frente a  conductas celosas (rabietasdesobediencia, negativismo, etc...) puede aplicarse la retirada de atención. Si los celos suponen un reclamo de atención emocional, debemos ser capaces de dársela después de la conducta positiva, nunca tras los episodios de celos. 



-Aumentar el tiempo en actividades y juegos de toda la familia es buen método para mejorar la comunicación y estrechar lazos. 


-Responder con tranquilidad a los episodios celosos, sin estridencias ni recriminaciones,  y dejar de prestarle atención. Posteriormente cuando se tranquilice y, según la edad, podemos intentar razonar lo ocurrido y darle la atención emocional. No obstante, “razonar” con el niño celoso (aunque tenga edad suficiente para comprender nuestros argumentos) no funcionará siempre. Debemos entender sus conductas como síntoma de un malestar y no desde la perspectiva adulta.


-Cuando los celos son del hermano mayor hacia otro de edad inferior puede resultar útil irle recordando de forma sutil las ventajas y “privilegios” que tiene al ser mayor (por ejemplo: acostarse más tarde o poder realizar ciertas actividades). También, para los niños a partir de los 3/4 años aproximadamente puede ser útil darles cierto protagonismo respecto a los cuidados hacia el hermano pequeño y la importancia de su ayuda para la familia. A estas edades puede ser insoportable perder todo el protagonismo debido al recién llegado. Es frecuente que las diferentes personas y familiares que visitan al bebé le dediquen una atención casi exclusiva quedando en segundo término el hermano y acrecentando sus celos. 

Por tanto, intentemos, dentro de lo posible, combinar la atención necesaria hacia el bebé con la atención emocional hacia el hermano mayor (no dejar de prestarle un tiempo para él en exclusiva o darle un espacio para su propio protagonismo). Por ejemplo, ante una visita de un familiar, puede ser el hermanito quien lo guíe y le enseñe el bebé por primera vez. 
La relación entre hermanos tiene su propio ciclo de desarrollo. Si el clima familiar es emocionalmente estable y equilibrado, los celos puntuales, normalmente son superados y no presentan mayores problemas. 





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