ESCUELA DE PADRES: FOMENTANDO LA AUTOESTIMA

Algo importante en el desarrollo emocional y afectivo de los más pequeños es la demostración de sus capacidades frente a los adultos. A través de la aceptación van forjando la confianza en sí mismos y como consecuencia su autoestima, que no es más que la percepción de su yo y como consecuencia la "estima" que se tienen a sí mismos.

Algunas claves para fomentar la autoestima, que es la base sobre la cual se construirá un adecuada toma de decisiones, y una vida adulta feliz, son:

- Evitar las descalificaciones personales cuando se equivocan o hacen algo de forma incorrecta, del tipo "pareces idiota",  "eso es de tontos", etc. Esto no hace más que herir al niño/a puesto que él realmente piensa que es idiota o tonto.




- No Generalizar situaciones. En muchas ocasiones utilizamos el adverbio "siempre" para referirse a situaciones concretas y momentos determinados. Generalizamos para mostrar nuestro enfado o enfatizar nuestro descontento. Cuando decimos "siempre estás igual" el niño/a percibe que no vale para nada, que siempre hace las cosas mal. Mejor es describir aquello en lo que se ha equivocado para que sea consciente de su error y pueda corregirlo sin herir sus sentimientos.



- Felicitar cuando ha realizado una conducta adecuadamente o ha alcanzado un objetivo. Es gratificante para cualquiera que le feliciten cuando realiza bien una tarea que le ha costado gran esfuerzo, o ha conseguido lograr ese objetivo que perseguía. Pues a los niños/as les reconforta y motiva el hecho de que les felicitemos, igual que a cualquiera de nosotros. Además, si felicitamos y señalamos lo que hacen bien, en lugar de recibir nuestra atención sólo cuando les regañamos, estaremos logrando que quieran comportarse bien. Todo ello sumado a que les estaremos enviando mensajes positivos, provocará se sientan bien consigo mismos.

- Asignar responsabilidades adecuadas a su edad. Otro de los factores que posibilitan la mejora de la autoestima es la asunción de responsabilidades. Cuando asumimos y encargamos a nuestro hijo/a que se responsabilice de una tarea: poner la mesa, hacer su cama, recoger sus juguetes, asearse adecuadamente, limpiar la casa o realizar trabajos de jardinería (adaptando las responsabilidades a las diferentes etapas del desarrollo); le estamos diciendo que él o ella pueden hacerlo, que son capaces y que además depende de ellos las consecuencias que se deriven de no realizar su responsabilidad.



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