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Todos nosotros tenemos una característica psicomotriz (de control de nuestros movimientos) que se llama lateralidad. La lateralidad es la función que permite que nuestro cerebro  controle los movimientos de nuestro cuerpo. Normalmente el hemisferio izquierdo controla los movimientos del lado derecho (la mano y el pié derecho) y el hemisferio derecho controla los movimientos del lado izquierdo. Lo mismo pasa con la vista y el oído, suele haber una predominancia de un lado frente a otro: los diestros el lado derecho y los zurdos el lado izquierdo. 

La lateralidad se define entre los 3 y 7 años y constituye uno de los campos que se trabajan en la escuela, mediante el aprendizaje previo de nociones de campo, frontera y conceptos espaciales como delante, detrás, arriba o abajo.

Cuando hay una lateralidad cruzada, es decir, no se tiene una dominancia completa de mano, ojo, oído y pié, sino que predomina la mano derecha pero el ojo izquierdo ( o al contrario) , se producen alteraciones que se pueden confundir con una dislexia primaria y que deben ser diagnosticados y tratadas por profesionales. Álgunos de los efectos de este trastorno de la lateralidad es el de invertir algunos números, sustitución de unas letras por otras, desorientación temporal, etc.

Existen pruebas para diagnosticar este tipo de dificultad. En muchas ocasiones, en las cuales se descarta una lateralidad cruzada u otro tipo de alteración, se corrigen mediante el entrenamiento. Sin embargo, cuando se trata de esta alteración no sirve de nada la práctica, sino que hay que ir a la causa e intervenir en ella; corrigiendo normalmente la controversia manual.